Hoy quiero contarles una anécdota que me ha pasado a mí personalmente en mi papel de educadora, como tía y madre que soy. Tenía a mis dos pequeñuelas en casa y casi arman una bronca porque mi sobrina decía que mi hija la molestaba, entonces yo pregunte “qué pasa?” y se abrió lugar a las explicaciones, y mi sobrina conto en realidad lo que estaba pasando: “yo antes quería estar en la camilla y ella no se quitaba”, digo ok, entonces deduzco yo que no es ella que te molesta, eres tú que no quieres compartir”, pues en mi hija no había agobio, ni deseo de posesión. Entonces en la actitud hubo algo que me dio la razón, y le dije a mi sobrina “bueno quítate de la bici y piensa”, entonces mi hija sintiendo que la entendía se rio de agradecimiento y medio las gracias, pero la dije con el dedo que se callara y la llame que tenía algo que hablar con ella. Entonces la explique que uno nunca debe alegrarse por el mal del otro, y medio me iba a llorar cuando la seguí explicando: “mama te quiere y desea tu bien, lo sabes no?”, a lo que ella asintió, y continúe: “si tú te ríes del mal de otro eso tarde o temprano te terminara perjudicando, a nadie le gusta que se rían de él y lo hagan sentir inferior, eso tarde o temprano se puede volver contra ti, y crear recelos o envidias, intenta ser humilde, ser grande por dentro y sencilla por fuera así no despertaras la envidia ni el recelo de nadie sino que se alegraran de lo que te ocurra por ser el ser maravilloso que eres, porque siempre estas con todos y compartes desde la igualdad”. Entonces ella ya me sonreía, y me miraba con agradecimiento. Entonces llame a mi sobrina y le dije: “ya pensaste?” Y me contesto que sí, le limpie una gotita que salía de su ojo y continúe: “que has pensado?” Y me respondió “que lo que hice estuvo mal, que hay que compartir”, nos dimos un abrazo, me dirigí a mi niña y le dije tú también estas dispuesta a compartir? y me dijo que si, y luego estuvieron toda la tarde divirtiéndose juntas de lo más felices. Obvio que este comportamiento lo hubiese tenido igual si hubiese sido la situación inversa, es decir que mi hija hubiese hecho lo que hizo mi sobrina, por ello tengo credibilidad para ellos, y me valoran haciendo que les sea más fácil asumir lo que les digo, si así no fuera probablemente ni se pararían a escuchar pues ya de antemano estarían a la defensiva sabiendo que van a perder por no tener el mismo valor en mi corazón que mi hija, esto no es así, todos tienen derecho a sentirse escuchados, queridos y justamente tratados. Un beso a todos y gracias por estar.
Ave Fénix arcoíris
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