Una vida, un cariño, un sentir con el corazón,
me siento en la vida como niña
tratando de descubrir su dulzor,
Una vida de alegrías, mezclada con dolor,
pero tengo la osadía de expresarla con valor.
El corazón de mi pecho habla de todo lo que sucedió,
mis emociones se tiñen de dulce y amargo sabor
por la vida que tuve, por lo que fui, por lo que ocurrió,
porque veces por miedos el barco pronto atracó.
Quiero disfrutar mi vida, llenarla de humanidad,
distinguir con valentía donde está la verdad,
aceptar los peros y los no puedo más,
volando con alas de un azul ultramar,
pues infinita es la historia que hay detrás,
así como profundo e inagotable es el mar.
No por más dolorosa la vida es peor,
pues con ella crecemos a través del corazón,
pasamos del ego al alma,
de educar con mente a educar con y por amor,
de vivir del orgullo a vivir por pasión,
de vivir para ser perfecto a vivir para ser feliz,
de criticarme a aceptar lo que hay en mi,
de querer perfección en todos a aceptar con el corazón.
La vida es un mundo lleno de pasión,
con infinitas posibilidades que creo día a día yo
arriesgándome a lo desconocido aún sintiendo temor,
arriesgándome a la crítica por descubrirme mejor,
arriesgándome al desprecio por permitirme ser yo,
pero por mucho que duela siempre orgullosa estoy
de permitirme vivir según el mejor valor,
aprecio y afecto que hay en mi interior.
Viviendo con conciencia, viviendo con autenticidad,
así caigan tormentas, ingratitud o maldad.
Me permito ser yo misma desde el principio hasta el final
Raquel Llusiá (Todos los Derechos Reservados)
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