Este Blog es para compartir, aprender, opinar, y que todos crezcamos cada día un poco más. Mi nombre es Raquel, soy Maestra de Reiki, practicante de EFT y del método Yuen, entre otras cosas, y mi idea de la vida es que como mejor se crece y se evoluciona es compartiendo. Así que pondré aquí las pequeñas grandes cosas que puedan aportar algo, y que de alguna manera enriquezcan. Espero que os guste. Un cálido saludo y gracias por visitarla.
Las Barras son 32 puntos en la cabeza que
representan distintos ámbitos de nuestra vida: El propio Cuerpo, Sanación,
Creatividad, Gozo, Paz y Calma, Comunicación, Dinero son algunos de ellos.
Dichos puntos al ser tocados con
amabilidad liberan toda la carga electromagnética que se ha bloqueado en
nuestros cerebros por todos los pensamientos, creencias, ideas, decisiones,
consideraciones, emociones y sentimientos sobre cualquier cosa o aspecto de nuestra vidaque durante tiempo y tiempo, incluso vidas, hemos ido almacenando y haciendo sólidas por
lo que nos están impidiendo cambiar, dando como consecuencia de esta liberación
una mayor conexión con nosotros mismos así cómo un incremento en la facilidad para cambiar, para crear la vida que deseamos...si así lo eliges, y por tanto nos acerca más a vivir con más facilidad, gozo y gloria. Resumiendo: las barras son como resetear el ordenador
que somos para crear en él algo nuevo y diferente, sólo que en este caso lo que
vas a crear es tu vida. Y vas a eliminar lo que estés en permisión de eliminar,
todo aquello que no te permite ser el ser que verdaderamente eres, todo lo que
te esconde debajo de todos esos juicios, consideraciones y demás que has establecido
a lo largo del tiempo para que por fin pueda salir a la luz quien eres en
realidad, y todo ello de una forma muy fácil y sutil ¿Porqué pasa esto? porque todos
somos energía, las barras tienen una polaridad y nosotros otra. Si ponemos a
funcionar una pila se descarga ¿verdad? Eso es lo que sucede al aplicar las
barras, se descarga nuestra mente y desaparecen todas las polaridades y con
ellas todos los problemas que ocasionaban. Pues dicho de otra forma, más simple aún sin cabe, eso
es lo que hace: borra archivos de tu memoria para que puedas crear el cambio
que quieras en la forma que quieras.
Las barras se hacen en presencia porque su objetivo principal es despertar la capacidad de recibir de la persona que viene a nosotros como practicantes, por tanto de hacerlo a distancia se perdería esta parte esencial de las barras.
Beneficios de las Barras de
Access Consciousness:
El Fundador de Access Consciousness: Gary
Douglas, dice que lo mejor que puede pasar es que toda tu vida cambie para bien
y lo peor que experimentes un suave masaje, pero siempre algo bueno pasará
Voy a hablar de los beneficios, pero
nunca vayas a una sesión con expectativas, ni con juicios o te perderás todo lo
bueno que con ellas puedes llegar a alcanzar. El universo es más amable de lo
que nosotros lo somos con nosotros mismos.
Libera pensamientos, creencias, sentimientos,
emociones que te bloquean o limitan. Todo está en nuestra mente por tanto las
barras nos aportan una cantidad inmensa
de beneficios tanto a corto como a largo plazo, en ocasiones se ven rápidamente
y otras no tanto, todo depende de la disposición de la persona a recibir dichas
energías.
Mejora la relación con tu cuerpo,
contigo mismo y con el entorno.
Mejora la salud de forma integral. Pueden cambiar tu rostro o tu altura o
simplemente tu relación con el cuerpo que para esta vida has elegido, cosas que a
priori no pensamos que podamos cambiar son cambiadas y esto es válido para el
cuerpo y para cualquier otra área de nuestra vida. Ayuda con problemas crónicos
de salud o con estados mentales como el autismo o Trastorno por Hiperactividad
con Déficit de Atención (TDAH). Regula la actividad de las ondas cerebrales y equilibra
el sistema nervioso y reduce el estrés y la ansiedad lo cual favorece el sueño siendo beneficiosas
en casos e insomnio. así como también ayuda en casos de abuso, y en casos de estrés postraumático. Apoya también en casos de depresión, agresividad,
frustración, y otras emociones. Disminuye los cambios de humor. Disminuye el
parloteo mental. Limpia y equilibra nuestro campo energético. En definitiva ayuda a vivir con más paz.
También son un apoyo considerable en procesos
de recuperación de adicciones, en problemas relacionados con la alimentación, alergias.
Mejora la circulación de la sangre.
Envejecemos más lentamente, nuestro
cuerpo está más saludable, enérgico, con mejor forma.
Mejora la relación con el dinero y por tanto la situación con el mismo porque los problemas
de dinero no son nunca con el dinero sino con el recibir por tanto al trabajar
esto todo ello cambia. Por tanto también cambia la productividad o rendimiento
de lo que haces porque tendrás más ganas, más estímulo para ello. Lo mismo es
válido para los estudios.
Cambia la forma en que ves la vida al quitar los puntos de vista sobre todo
aquello que te creaba malestar mejorando así nuestra percepción más libre de
filtros. Te vuelve más creativo lo cual te beneficia en tu vida en general y en
tus negocios. Te abre a recibir las infinitas posibilidades, porqué ¿cuántas
cosas podrías crear sin limitaciones? Te conecta más con la alegría y la
gratitud.
Y como el neurocientífico Dr. Jeffrey L. Fannin dice: nos conecta con el todo
¿Cuánto dura una sesión? Por regla general una sesión dura aproximadamente una hora.
¿Quién puede hacerlas? Todo el mundo, desde niños con los beneficios que eso supone no solo para su salud sino también para sus vidas y la de quienes les rodean, les encantan, y los ayudan además en sus estudios mejorando su rendimiento y sus notas académicas.
pasando por embarazadas hasta nuestros ancianos sabios. Son aptas para todos.
¿Cuántas sesiones se recomiendan? depende de cada persona, para comenzar yo generalmente recomiendo al menos 3 sesiones, 1 sesión por semana. 10 sesiones crearan un cambio muchísimo mas grande.
¿Dónde se pueden aplicar? Son fáciles de aplicar y se pueden dar en cualquier parte con facilidad y gozo, desde la playa o el monte a una piscina o en la misma cama.
¿Se pueden combinar con otras prácticas? Se pueden agregar a las sesiones con otras prácticas para potenciarlas siempre y cuando se separen las distintas disciplinas en el momento de la aplicación, es decir primero una y luego la otra, no ambas a la vez ni de cualquier manera, y siempre con el mayor respeto por las mismas y por la persona que tenemos en frente.
Aún cuando ambos trabajos sean energéticos, como por ejemplo Reiki y barras, ambos tienen una energía distinta y no se deben hacer cuando mismo, aún cuando se hagan en la misma sesión deben hacerse sin mezclarse, cada cual ha de tener su lugar. Lo mismo pasa con masaje y barras.
¿Cuánto duran los cambios? Son cambios que pueden durar toda la vida y se refleja más cuando corres Barras a otras personas, o a ti mismo/a
Distintos grupos de neurocientíficos han hecho a lo largo
del tiempo distintos experimentos con la música para ver sus efectos en casos como
la capacidad espacial y la epilepsia. Es
en esta última que nos vamos a centrar.
En un experimento realizado con 58 niños con epilepsia por el equipo de Rei
Cheng Yang se observó como resultado una disminución del número de las crisis
epilépticas y la duración de las mismas durante y después de la pieza musical que
en este caso era la de Mozart: “Sonata en Re Mayor para dos pianos (K448)”, y
lo mejor de todo es que no tiene efectos secundarios. Otras que sin ser K448
son similares a ella y provocan el mismo efecto son: “Movimiento Andante II”, “my favorite things”de John Coltrane, y “Acroyali/Standing
in Motion” del compositor griego Yanni.
Otra de las conclusiones fue que en los niños epilépticos
que escuchaban música, en comparación a
aquellos que no tenían epilepsia, se producían niveles más altos de actividad
de las ondas cerebrales, y dicha actividad cerebral tendía a sincronizarse con
la música sobre todo y concretamente las ondas cerebrales del lóbulo temporal que
es donde se originan las convulsiones debido a un mal funcionamiento del mismo.
La música se procesa mediante la corteza auditiva cerebral que está en este
mismo lóbulo temporal lo cual explica el
efecto de la misma.
La forma en que se notaron los resultados y que se
recomienda usar es:
10 minutos de silencio seguidos de una de las músicas
sugeridas, luego otros 10 minutos de silencio, y luego otras dos piezas musicales.
¡Ojo! Esto no quiere decir que haya que dejar los
medicamentos porque son mucho más eficaces, si se da con el adecuado, que dicha
melodía. Pero sí que puede ser un apoyo importante e influir en el ánimo de la
persona.
Hoy quiero
hablar de la relación terapéutica, que si bien es un tema que según se plantee
puede resultar algo espinoso creo que es de vital importancia en el proceso de
la sanación. Procuraré abordarlo de una forma lo más neutra posible para que
nadie salga ofendido.
En los años
que llevo de vida en conexión con el proceso de sanación he podido vivenciar el
panorama tanto desde la perspectiva del paciente como de la del terapeuta,
y puedo afirmar con seguridad que no siempre es halagador ni justo.
Pero mejor
digámosle guía y receptor. Pues terapeuta en ocasiones
lleva implícita una asociación de salvador y de dependencia, y no es él
quien salva a nadie, sino que es el paciente quien ha de salvarse a si mismo
por lo que se trata de que desarrolle su poder personal para que nada le
impida hacer su propio camino que al final es de lo que se trata ya que
ningún ser puede hacer el camino de otro; y receptor pues cliente
tiene connotaciones monetarias y muchas veces el proceso terapéutico se hace de
forma desinteresada y altruista, y paciente implica que el otro
tiene una discapacidad y me gusta pensar que no hay nadie discapacitado sino
simplemente personas que por ignorancia u otros motivos han de acudir a
otros, igual que un vendedor no es más que el cliente que le compra pues
necesita del otro para que su poder adquisitivo le permita una vida holgada, y
el cliente tiene lo que el otro necesita y lo que necesita para si por lo
que no es “soy yo más que tú” sino una relación de intercambio y
equilibrio.
Por tanto
partimos de la idea de que el proceso terapéutico ha de ser equilibrado y
con una base deconfianza, y que ha de llevarse a
cabo con un total respeto por el libre albedrío de la persona.
Por lo general cuando se habla de este último se habla tan solo desde una
perspectiva: la del receptor, pero esto no es tan así pues la “ley del libre
albedrío” es universal y por tanto aplicable a todos, y por otra parte hemos de
tener siempre en cuenta que este lleva implícita la capacidad de elegir y por
tanto implica responsabilidad, o más concretamente autoresponsabilidad.
El guía ha de respetar el libre albedrío de la persona, pues ello implica
que va a respetar el camino escogido por su alma y por ende su lección de vida
(que si bien puede no ser agradable es el que le supone que va a tener el
aprendizaje que su alma ha elegido), y es a quien ha escogido esta
senda a quien le toca determinar cuando es el momento adecuado para
el cambio ¿para que obligarla?, si no está receptiva al proceso y con
disposición de cambiar, pues su ser así no lo quiere, nada vas a
conseguir. A veces las personas necesitan llegar al fondo del pozo para tener
un auténtico y profundo deseo de cambio, y no todas las personas tenemos el
mismo umbral. Igual que no todas las personas tienen el mismo umbral para el
dolor físico, no todas lo tienen para el dolor emocional o espiritual. Y ha de
respetarse el proceso de esa persona por mucho que como guía te frustre, y
todo ello es válido para las dos partes que conforman la relación terapéutica.
Por mucho que nos pese hay personas que realmente no quieren sanar, aunque no
es esto lo peor, hay veces que los hijos pagan las consecuencias de los padres.
Con esto de las tecnologías y el facebook muchas personas se hacen perfiles
como medio para llamar la atención y se acostumbran tanto a él que llega a ser
un beneficio secundario del que llegan a depender y por tanto es como si de una
forma inconsciente, o tal vez no tanto, no quieren prescindir de él así que
cuando les ofreces la ayuda siempre ponen pegas. Cuando un padre desea en
verdad la curación de un hijo por encima de todo pasa hasta de sus mismas creencias
y convicciones pues el bien de su descendiente se ha de anteponer a sus
propias ideologías y sentires, al menos así lo veo yo pues soy madre y no lo
puedo percibir de otra manera, pero no siempre es así, hay muchos que se dan de
tortas contra la pared y siguen aferrados a lo mismo en un acto de necedad
absoluta y me pregunto ¿no será que el beneficio secundario es tan grande que
les impide ver más allá? es muy duro ver hasta donde puede llegar la falta de
estima, a luchas totalmente infructíferas con un sentido que se escapa a toda
lógica consciente. Pero así de paradójicas pueden llegar a ser las personas
cuando entran en juego sus carencias. Hay personas con páginas web
completamente dedicadas a sus enfermedades ¿difícil de creer no? pues es
cierto, lo he visto con mis propios ojos, y no soy persona dada a la mentira lo
puedo asegurar, antes me expongo a una torta por decir la verdad. Pero es
así, y lo que es es, no hay otra. Y por otro lado el guía también es merecedor
de tal respeto por su libre albedrío, no sólo el receptor lo es, pues todos
tenemos tal derecho.
Normalmente
como guías se nos dice que hemos depedir por el bien propio y el
de los demás, pero muchas veces se olvida que esto ha de ser así en
ambos sentidos. Es válido no solo para los guías sino para el receptor y para
toda la raza humana.
A lo
largo del tiempo que he ejercido como guía me he visto más de una vez con
personas que por obtener un beneficio manipulan e incluso llegan a poner el
precio ellas manipulando con lo mal que están y eso aparte de manipulación es
chantaje emocional, o bien pagan en otro sitio y te vienen a que les trabajes
de gratis. He estado en el papel de receptor y bastante mal y jamás se me ha
ocurrido tal atrevimiento, como mucho he ofrecido un intercambio que se da de
una forma en la que hay un mutuo acuerdo, no la imposición al guía de lo que yo
quiero y si no puede ser no puede ser y valoro que otro camino elegir, y si no
lo hay espero el momento propicio pero no obligo a nadie a hacer lo que no
quiere hacer. El que tiene sus estudios y realiza la labor es el que marca el
precio, no el que recibe, porque para eso estudió y sabe el valor de lo que
ofrece. El hacer el trabajo o no de una forma voluntaria siempre ha de ser una
decisión personal, por eso precisamente se llama voluntario, no debe ser
impuesto. Las únicas imposiciones válidas en el proceso terapéutico son las
autoimposiciones y no como tales sino como responsabilidad sobre la propia
vida, coger las riendas y hacer algo al respecto. Por lo mismo no son
aceptables las manipulaciones, ni los chantajes emocionales pues en si mismos
atentan contra la integridad personal del guía y contra uno mismo (luego no
vale quejarse de que el otro te abandono, te abandonaste tu mismo al jugar con
los sentimientos de otro). La verdadera naturaleza del ser humano dista mucho
de ser esa, eso no es más que un ego como una casa que busca atención de una
forma errónea, pero no se pueden atender las formas erróneas igual que jamás se
ha aconsejado hacer caso a un niño cuando está con una pataleta, ni tampoco es
conveniente apoyar las actitudes egoístas, pues asumirlas y aceptarlas
implica que estás apoyando a que las siga usando con otros y por tanto
perjudicando al resto del mundo. El primer acto de integridad y de justicia es
siempre para con uno mismo, y ya luego para con los demás. Por tanto partiendo
de la idea antes mencionada de que hemos de actuar por el bien de todos estas
actitudes son inaceptables pues no hablan precisamente de un receptor que
piense en el bien del guía y permitirlo no es justo para este último y
atenta contra su integridad, y ya luego la del resto de personas con
que establezca relación.
Por otra
parte a veces la gente te dice ¿me puedes ayudar? y uno responde si te
puedo ayudar, pero ello no quiere decir que sea gratis, simplemente quiere
decir tengo los conocimientos para ello, pregunta el precio al menos ¿no? Sino
lo que se revela ahí es una actitud interesada y egoísta. E igualmente si es el
guía quien te dice te puedo ayudar sin que preguntes es para que sepas que
tienes opciones no para que abuses de él o ella. Si las actitudes de los
dos intervinientes son solidarias todo es mucho mejor y también sus
resultados. Pero no siempre es así, en ocasiones tu dices bueno pongo un precio adecuado
para que ganemos las dos partes y dicen “que bien, esta es buena le saco
cacho”…pero ahí viene la sorpresa porque bondad no significa estupidez, y
generalmente estas actitudes se detectan al vuelo por lo que el que es un poco
despierto las corta de raíz pues avalar actitudes egoístas como esta a
nadie beneficia, ni siquiera a la persona que las ejerce pues termina
obteniendo justo lo contrario de lo que desea obtener, una persona inteligente
apoya a quien lo merece no a quien no se lo merece y obviamente un egoísta no
merece tal privilegio. Yo al menos no avalo tales actitudes. El guía apoya a
quien desea y siempre es más grato ayudar a quien es de nobles y desinteresadas
intenciones. Otra cosa sería que alguien te ofrezca ayuda y te diga con
claridad de no cobrar (con esas palabras y no con suposiciones ¡ojo!) ahí está
bien si no ha sido impuesto previamente con tu actitud y la aseveración de
tus propias creencias veces absurdas de que un terapeuta no debe cobrar o
cualquier otra igual de simple y carente de valor en el mundo en que vivimos,
pero si de repente tal guía se arrepiente simplemente hay que respetar y
partir. Es su decisión y hay que respetarla, como mucho podrás averiguar que la
motiva.
Lo justo es
que si hay una necesidad esta sea dialogada con una franqueza absoluta y libre
de intereses y se lleguen a acuerdos. Pero siempre el precio final quien
lo marca es el guía, igual que cuando vas a una tienda lo marca el tendero,
incluso en un mercadillo tiene la última palabra, pero siempre dialogando no
imponiendo. Como guías lo primero y lo más importante es la salud, antes
que el beneficio personal, pues de alguna forma es esto lo que pone de
manifiesto que actuamos con el corazón, pero no faltando a nuestra
dignidad y estima personal, ni tampoco a la satisfacción de nuestras propias
necesidades. He visto a muchísimos compañeros frustrados por este motivo, dar y
dar sin ver nada a cambio, y es duro ver esto, muchas veces ni tan
siquiera las gracias o lo dan de forma interesada, a mi misma me ha pasado que
me dicen gano dos mil euros pero no tengo, ¿no tienes? Pues haz cálculos, es tu
vida y por tanto tu responsabilidad, si tu lo gastas ¿porqué he de pagártelo yo
perdiendo de ganar mi parte? no es justo no? tu economía es tu
responsabilidad adécuala, elimina cosas innecesarias y luego ven. Otro caso
sería si fueras un sin techo pero hijo que tienes. El amor propio ya lo
decía Dios es lo primero. ¿Cómo voy a amar a todo receptor que venga a mi si no
comienzo por amarme a mi mismo/a? No me estaría amando si permitiese esta
clase de abusos, injusticias, manipulaciones y/o chantajes emocionales. Lo
primero es una sana autoestima, esa es la base así que…¡no lo permito!, no lo
permitas tú tampoco, ámate.
Otra
característica es la integridad personal que es hacer lo que es correcto,
y hemos de ser justos, no siempre son los receptores los que abusan, veces hay
guías que son abusivos hasta decir basta y bastante irracionales. Hay precios
desorbitados que veces ponen en tela de juicio a todos aquellos que ejercen esa
rama de la profesión. Y en otras ocasiones hay cosas que se dicen y no son para
nada ciertas como fin para poder seguir captando a las personas y que vayan a
consulta cuando que veces no es necesario. Este tipo de actitudes desprestigia
a los profesionales que verdaderamente estamos aquí para ayudar y muchas veces
nos limitan porque al sembrarse la desconfianza hay muchas personas que no se
atreven a someterse a tratamientos a distancia. Por ello siempre aunque sea a
distancia nada como el tú a tú, que el otro te vea a través de la pantalla.
Esto pasa por ejemplo con las iniciaciones Reiki a distancia u otras. Y
referente a los profesionales de esta técnica he de decir que es
vergonzoso ver como muchos llegan a esta profesión solo por el dinero que
se cobra en las sesiones de terapia, o las iniciaciones más que por la
autentica voluntad de ayudar nacida del corazón. Este no ha de ser nunca el
objetivo principal, si bien debe estar como meta pues todos hemos de vivir y
más cuando hacemos de la ayuda al otro nuestra única profesión pues nos
comprometemos con intensidad en aquello que nos gusta y porque nuestro
dinero nos cuestan los estudios como para regalar el trabajo a todo el mundo,
pero no debe ser nunca el fin principal, el objetivo siempre ha de nacer del
deseo sincero de ayudar al otro a tener una mejor calidad de vida. Ese siempre
ha de ser el principal compromiso, esa es la verdadera integridad, la
coherencia entre nuestra naturaleza interior y lo que mostramos al
mundo.
Y esta
integridad ha de hacerse extensiva en la relación terapéutica no solo para
hablar con franqueza de la terapia en si, sino de todo lo que la acompaña, como
lo es el decir abiertamente al receptor si puede atenderlo o no, o si
necesita otra cosa o no. He visto ya no guías sino personas que llevan un
negocio para la que trabajan otros profesionales de la salud que tienen a una
persona años y años con dos personas que no lo ayudan y que luego va una que en
un mes consigue resultados y le dice pero no lo agobies. Claro, si consigue
sanación se le acaban los ingresos. Es vergonzoso. Ahí no está el bien de
todos, solo uno el del propietario, el resto se está impidiendo crecer por no
ver la realidad. Es preferible perder el dinero que la integridad, el dinero va
y viene, la integridad es como un don, si lo cuidas va siempre contigo y es lo
que te hace confiable, justo, una persona correcta y de bien. Pero si no eres
integro ¿qué te queda? Una pura facha con un interior vacío que solo vas a
llenar con vanagloria, pero esa cuando te vayas de aquí ya no la vas a tener.
Sinceramente prefiero sentir que hago algo por el mundo aunque eso me lleve a
generar venganzas kármicas o cualquier otra cosa negativa que andar así de
vacía. No creo pudiera dormir en las noches. Como pueden otros si que no lo se,
porque para mi es más importante la conciencia que el dinero… pero ojo,
conciencia no significa estupidez. Si tu no la tienes no esperes beneficios.
Hasta los ángeles marcan limites.
Hay quien se
vanagloria de sacar partido de forma poco decente de otros y ríen pero ya
llorarán porque esta forma de vanagloria trae su karma aparejado. ¿Dónde
esta el beneficio si la risa de hoy es llanto para mañana?
Por otra
parte hay que añadir que nada consigue el receptor aprovechado que no
valora el proceso ni el tiempo, ni las energías de la persona que lo guía pues
es cosa indispensable para que haya una mejora duradera.
Cuando
empecé mi camino con el Reiki y oía que Mikao Usui decía que había que
cobrar porque sino las terapias no surtían efecto y al tiempo se perdían se me
crearon ciertas dudas, pero con el tiempo y la experiencia he podido comprobar
que esto es verdad. Cuando a una persona tú le das y valora e intenta
corresponder así no pueda se le ven cambios más duraderos que a aquellas que no
han pagado nada por ello y no lo han valorado en el momento de recibirlo, y eso
se aprecia créeme, pero más se aprecia en los resultados. Sin embargo quien
paga no suele quejarse de ello, la razón es simple es como si te compras un pasaje
a un sitio donde no hay ofertas disponibles y te sale un pastón y otro se
compra uno que le cuesta 20 euros, quien crees tu que se acordará más cuando
haya pasado más de un año? al que le dolió soltarlo por tanto como le costó y
por tanto hará más por conservar ese recuerdo por si algo así no se vuelva a
producir. Pues esto es parecido, si valoras permanece en ti debido precisamente
a ese valor que le das o le has dado a aquello que es tu pertenencia, que sobre
todo al racanillo es al que más le duele, pero sino pues desaparecerá con más
facilidad. Mi experiencia me demuestra que sí es necesario se valore para
obtener mejores y más duraderos resultados.
¡Ah! y otra
cosa que no quiero dejar de nombrar y que parece pasar desapercibida para
muchos: el terapeuta o guía es un ser humano, no es un Dios y por tanto no es
perfecto, en realidad nadie en este mundo es perfecto por ello nos embarcamos
en una aventura en este planeta de aprendizaje, y aún cuando decidimos
largarnos no tenemos toda la “tarea” hecha por eso seguimos reencarnando una y
otra vez.
Como he
dicho ser terapeuta no es sinónimo de ser perfecto, ni se cura más por ser
perfecto. De hecho las personas, tal como dice el ho’oponopono somos 100%
responsables de nuestro mundo, el de dentro y el de fuera (que no culpables).
Algo que se aplica tanto a guías como a receptores pues es universal. Por
tanto tanto si estás en un lado como en el otro de esta relación
terapéutica, por mucho que la vida parezca casual y que la elección
sea totalmente arbitraria, en lo profundo no hay arbitrariedad alguna. No hay
paciente que no tenga cosas en común con su terapeuta o viceversa, tan solo hay
unos que saben disimular mejor que otros su vida, que descartan mostrar
totalmente lo personal para mostrarse más profesionales, pero ¿qué es la
profesionalidad? es ejercer con capacidad y aplicación, siendo efectivos.
¿Acaso es más efectivo quien se miente a si mismo y muestra lo que no es para
conformar a otro que el que ante todo decide ser auténtico pase lo que pase? yo
creo que no. Ante todo la sinceridad con uno mismo es necesaria para avanzar,
para crecer, para ser coherentes, y para incluso ser más empáticos, compasivos,
y en definitiva más humanos. Quien se dirige a un terapeuta va buscando la
mejora porque no la tiene, entonces ¿porqué exige al terapeuta lo que el mismo
no tiene en su mundo? a fin de cuentas cuando ayudamos a otro nos ayudamos a
nosotros mismos, y viceversa, es un camino de doble dirección, entonces ¿porqué
dar tanta importancia a la perfección, a una vida ideal?, ¿no es mejor
depositar la confianza en alguien con valores, con ganas de crecer y de
cambiar, que avanza cada día por mucho que su vida no sea perfecta a ponerte en
manos de quien ya tiene una vida perfecta y la tuvo pero no se sabe poner en tu
lugar? no porque no quiera sino porque no puede porque el mejor aprendizaje no
lo dan los libros sino la experiencia, es la mejor forma de relacionar lo que
uno aprende, de crecer, de tomar conciencia de los impedimentos que otros
puedan tener, de saber hasta que punto tú puedes actuar de una manera u otra
según que circunstancias y con quien. Eso no se aprende en los libros, ni
fingiendo ser lo que no se es, ni con caras bonitas, eso se aprende en el día a
día, en la relación, en la implicación, en la experiencia y en tantas otras
cosas. El dolor duele, valga la redundancia, pero de el se aprende. Los mejores
maestros salen de una vida de dolor de la que han intentado aprender y sacarle
todo el jugo y es de eso de lo que se benefician las personas que están a su
alrededor, de ahí es de donde surge su empatía, su capacidad de discernimiento,
su flexibilidad, su tolerancia y comprensión. Hay muchos con grandes estudios
pero con empatía cero, pues no les ha faltado nada y juzgan como absurdas
muchas cosas porque no las han vivido, y sin empatía no hay auténtica conexión
del corazón.
La empatía
es fundamental en el proceso terapéutico, gracias a ella todo fluye mejor, nos
sentimos más entendidos, aceptados, tenidos en cuenta y escuchados realmente
con el corazón, dotando de sentido la relación y aportándonos lo necesario para
que haya una relación de confianza, pero como has podido apreciar cuando falta
todo se hace muy cuesta arriba, por tanto estés en el lado que estés piensa en
el otro, hacerlo beneficia a ambos.
Vuestro dolor es la ruptura de la celda que encierra
vuestra comprensión.
… Así como la semilla de la fruta debe romperse para
que su corazón se muestre al sol, así debéis vosotros
conocer el dolor.
Y, si pudiérais mantener vuestro corazón maravillado
ante los diarios milagros de la vida, vuestro dolor no
os pareciera menos prodigioso que vuestra alegría.
Y aceptaríais las estaciones de vuestro corazón así
como habéis aceptado siempre las estaciones que pasan
sobre vuestros campos.
Y esperaríais con serenidad a través de los inviernos
de vuestra pena.
Mucho de vuestro dolor es elegido por vosotros mismos.
Es la porción amarga con la que el médico que hay
dentro de vosotros cura vuestro ser enfermo.
Por tanto, confiad en el médico, y bebed el remedio
en silencio y tranquilidad; porque su mano, aunque
dura
y pesada, guiada está por la tierna mano del
Invisible.
Y el vaso con que brinda, aunque queme vuestros
labios, ha sido moldeado de la arcilla que el Alfarero
ha
humedecido con sus propias lágrimas sagradas.
¿Cuántas
veces en la vida habremos considerado al dolor nuestro enemigo?, en ocasiones
es tanto que renegamos de él, queremos esconderlo, sacrificarlo con la
indiferencia, con el mudo desdén de quien no quiere saber ni conocer más lo que
no se atreve a sentir. Es duro sentir dolor, pero más duro es renegar de él
porque eso lo agranda, el temor lo engrandece y el alma que lo siente al tiempo
desvanece su sentir en las sombras ¿pero porqué?, ¿porqué renegar de algo que
te es propio? acaso reniegas de tu prójimo por no ser lo que tú quieres que
sea?, ¿porqué entonces tienes tan poca compasión para ti?. A parte, ¿qué
sentido tiene? acaso tu vida no la elegiste tú al venir aquí?, sí, tú la
elegiste, elegiste tus padres y hermanos, toda tu familia por difícil que esta
sea, ¿pero acaso no viniste a aprender? de lo fácil poco se aprende, se aprende
mejor lo que se graba a fuego y ¿qué mejor fuego que el propio dolor? eso
seguro que no se olvida con tanta facilidad, tan solo algunas cosas por no
poderlas soportar, como protección, pero la mayoría te quedas con la lección,
se te graba como a hierro fundido en todo tu ser y corazón.
Dependiendo del tiempo que lo vivas, las experiencias que lo causen: traumas,
decepciones (asumiendo la responsabilidad muchas veces son nuestras
expectativas), pérdidas de seres que amamos (trabajar el desapego es propio en estos casos),
rechazos o humillaciones, o incluso traiciones, te costará más o menos
superarlo…y también dependiendo de tu fortaleza por supuesto, o de lo mucho que
ya hayas rebasado ese umbral de dolor que todos tenemos. No es malo sentir
dolor, pero oye que tampoco hace falta que seas masoca, pon límites y muéstrate
amor, no esperes a que otro te lo demuestre para empezar a quererte, quiérete
incluso cuando otros no te quieran, esa es precisamente la gracia del asunto,
que te ames “sin condiciones” externas ni internas, simplemente ámate. Y amarte
significa, entre otras cosas, expresarlo, cosa necesaria sobre todo para
aquellos que porque otros no lo vean mal han reprimido sus emociones una y otra
vez a lo largo del tiempo, habrán evitado tanto sus emociones que ya no sabrán
ni lo que sienten, así que si este es tu caso presta atención a tu cuerpo y a
tus emociones, respíralas y deja que salgan, nota donde se coarta tu
respiración, y respira profundamente haciendo que fluya nuevamente, hazlo tanto
como sea necesario hasta liberar esas emociones, toma conciencia y libera esas
lágrimas que te has tragado, te ayudará a liberar tu estrés emocional, y de
paso las toxinas que ese agüita se lleva.
Pero por
sobre todas las cosas no dejes de expresar lo que sientes, cuando coartas la
expresión te limitas a ti mismo/a no solo aquello que limitas, en este caso el
dolor, sino también las emociones positivas quedan bloqueadas, lo cual a su vez
te llevará a tener malestares físicos que no voy a citar porque no ayuda a
centrarse en lo positivo y cada uno ya sabe cuales son, así que para el que ya
los siente es una obviedad, muy cabal pero obviedad al fin y al cabo.
Yaaa, pero
de que me vale esto me dirás, lo que quiero son soluciones. Y claro, no es
fácil vivir en el dolor, es agobiante, angustioso, preocupante y en ocasiones
hasta solitario pues para que arriesgarse a sentir más, duele demasiado, es
imposible poder seguir aguantando esa carga. En ocasiones puede
limitar hasta a la hora de escoger una terapia pues las hay muy agresivas
que te llevan a sacarlo todo de golpe y eso asusta. Pero no es necesario esto,
esa es la ventaja, hay formas suaves de hacerlo.
Una buena forma
de empezar podría ser ejerciendo técnicas de meditación o mindfullnes. o alguna
técnica de liberación emocional en este enlace: http://vidasrealizadas.blogspot.com.es/2016/06/la-importancia-del-pensamiento.html ya
te he dejado algunas que pueden ayudarte, lo que te has de preguntar ahora es:
“¿Estoy dispuesto/a en verdad a dejar atrás todo este dolor?”, “¿Qué gano
aferrándome a el? porque si respondes no a la primera de poco te vale nada de
lo que hagas, lo primero que has de hacer es encontrar tu motivación para dejarlo
atrás, para dejar el martirio y la victimización y ser tu mismo/a desde la paz.
Y si lo que ganas es mejor de lo que ya tienes tendrás mucho por lo que luchar,
en cambio si no estás seguro más te vale buscarlo, porque será lo que te de una
motivación más férrea y un mayor compromiso, para tu bien y el de los demás es
que has de luchar, no estás solo/a en el mundo, estas lleno de compañías
visibles e invisibles dispuestos a ayudarte, abre los ojos, todos tus ojos y
celebra la vida, llénate de las pequeñas cosas, báñate en la abundancia que te
trae el agradecimiento, disfruta del compartir y de los pequeños detalles que
hacen hermosa la existencia, eso no lo solventas sin un trabajo personal
intenso pero verdaderamente ayuda. No permitas que ninguna emoción tenga más
poder que tú: ni el dolor, ni tus miedos, ninguna, tan solo el amor tiene que
tener esa fuerza, el perdón, la alegría de vivir aquello que tú eres sin
importarte lo que digan los demás pero sin olvidarte que en el mundo somos uno
con el todo y es indispensable vivir sin egoísmos para que se nos abran las
puertas.
Si lo que te
deprime y te duele es que no eres amado por quien deseas, escoge otra persona o
cosa que amar, pero sin apegos para que no tropieces en la misma piedra dos
veces, a más roces más se profundiza la herida, y a la vez busca a quien te ame
y cuyo amor te ayude a cerrar tus heridas, pero no te aferres a conseguir que
alguien en concreto esté para ti, simplemente déjate fluir con la vida y acoge
sus regalos. Si donde vives no está sal a buscarlos a otra parte, por mucho que
el mundo digamos que es un pañuelo habemos millones, y alguien con seguridad
estará para ti, solo hace falta que lo creas. Ábrete al mundo, el poder está
dentro de ti, pero no para controlar a otros sino a ti mismo/a y eso puedes
hacerlo cambiando las expectativas, conociendo como reaccionas ante ellas y
modificando aquello que resulta más fácil o/y conveniente para que todo siga
fluyendo desde la paz. ¿Qué no te responde como pareja? pues desde el amor dile
que sólo amigos y salva la relación por respeto a lo bueno que ha habido y de
paso evita vivir en un dolor permanente que trae más dolor aparejado porque
tras la emoción viene la reacción. Vive y deja vivir, esa es la clave para
vivir con el corazón. No sólo tu sientes, también el otro y ha de ser libre
para hacerlo. Respeta al otro y ábrete a la vida, ella compensará con creces lo
que el otro que tu esperas no te puede dar, tan solo has de atreverte a
descubrirlo.
Tal vez
pienses que hay muchas cosas sobre las que puedes actuar, pero que también hay
otras tantas sobre las que no tienes control como son las traiciones o las
sorpresas inesperadas, allí donde los otros son los que parecen tener el
mando…pero siempre tienes de una forma u otra el control. Probablemente no lo
tengas sobre un acontecimiento concreto, pero seguro que si lo tendrás sobre tu
pensamiento, y por ley de atracción si te adelantas a los hechos trabajando
sobre este vas a prevenir para que estas sorpresas digamos inapropiadas dejen
de llegar a ti. El artículo antes citado te puede ayudar mucho con esto.
Como puedes
ver la paz está en tus manos, tan solo debes tomar cartas en el asunto, y
manejarlas bien como si fueras el mejor mago del mundo…de tu mundo.
Me imagino
que te estarás preguntando como comenzar, pues cuando algo es propio los mismos
bloqueos que tienen le impiden ver más allá y hasta cuesta dar con las
afirmaciones adecuadas que favorecerían la solución que no es otra que la
sanación del sentimiento del dolor y todos los sentimientos aparejados, como
son: el estrés, la amargura, depresión, enojo o incluso la tristeza, y en
ocasiones hasta la impotencia o la frustración por todo aquello que no podemos
controlar o que no comprendemos. Cuando ya te hayas centrado en el dolor propiamente
dicho prueba a trabajar el resto de las emociones. Si hacerlas tal cual te
cuesta mucho recurre a las metáforas. El caso es tomar acción. Una metáfora muy
común en el lenguaje es estar en un pozo sin fondo, pues si sientes esto como
verdadero para ti por ahí puedes comenzar, con “Aunque me siento que estoy en
un pozo sin fondo y no puedo salir, me siento impotente e incapaz me amo y me
acepto completa y profundamente y elijo sentirme con el poder de mi vida ahora”
y luego con toda seguridad te irán surgiendo las demás.
Otras formas
que ayudan a lidiar con el dolor en la vida cotidiana son:
·Ejercer
actividades nuevas que sean gratificantes o te ayuden a sentirte realizado/a, o
a llenar tu vacío interior si lo tienes. Las ONGs pueden ser una buena opción.
·Disfruta de
tu vida todo lo que puedas. Haz esas actividades que nunca te has atrevido a
hacer por miedo, supérate a ti mismo/a y date un anclaje poderoso para seguir
adelante pase lo que pase.
·Ayuda tu
cuerpo a estar mejor como agradecimiento por hacerte ver todas tus limitaciones
y haber llevado el dolor tan bien durante tanto tiempo haciendo de maestro para
ti.
·Si te cuesta
dejar de pensar ocupa bien el tiempo de cada uno de tus días hasta que consigas
liberar estas emociones lo cual te evitará pensar en ellas, pero a la par haz
un trabajo de liberación emocional que te permita que no cojas ese “ocupar el
tiempo” como si de un escondite se tratará, sino como el espacio para que el
disfrute de la vida te haga más placentera luego tu búsqueda personal, para que
no te sobrecargues en ninguno de los extremos.
·En lugar de
coger hábitos indeseables para paliar el dolor haz técnicas como PNL que te
ayuden a afrontarlo de una manera adecuada y aprende formas nuevas de afrontar
las cosas con asertividad y autocontrol. También puedes trabajar por liberar
los patrones aprendidos en tu infancia. Analiza que desencadena estas emociones
y trabaja sobre ello.
·Vuelca tu
amor en esos seres que si lo valoran: tu familia, amigos, e incluso mascotas.
Son los más bellos amigos que alguien pueda tener pues son incondicionales y no
te juzgan.
·Cuando hagas
algo positivo por ti mismo/ recompénsate por ello.
·Frena tus
pensamientos de dolor o miedo incluso antes de que surjan. Un mantra es una
buena forma para ello. Uno bueno puede ser: “Todo lo bueno en la vida
llega a mi con facilidad, gozo y gloria” Donde hay gozo no puede haber
dolor.
·Practicar
yoga también puede ser un hábito positivo ya que te ayuda a tranquilizar tu
mente y ello te permite estar más en contacto con lo que tú realmente
eres.
·Haz
ejercicios de respiración que te ayuden a equilibrar tus emociones, por ejemplo
el de tapar un lado de la nariz mientras respiras con el otro y luego cambiar.
Hay varios para esto, la respiración en si misma ya siempre es positiva.
Oxigénate bien, ayuda a tus células.
·Haz
oraciones. Da gracias por estar seguro/a y a salvo. Cuando no sepas como pedir
pide por tener la emoción adecuada, esa que sabes que sentirás cuando todo lo
que quieres te sea dado.
·Guarda un
tiempo para ti cada día para expresar lo que sientes, liberar tus emociones e
incluso para desarrollar un diario de gratitud que te permita centrarte en lo
positivo, y hacerlo cada vez más y con mayor facilidad. Cuando tu atención se
enfoca en lo bueno hasta lo malo parece ilusorio pues disminuye su importancia,
deja de ser preponderante para convertirse en irrelevante, lo cual a su vez
tiene la ventaja de que te será más fácil trabajar sobre lo que no te gusta,
desde tu paz y equilibrio. Muchos beneficios para algo tan pequeño ¿no?, ¿no
crees que merece la pena?
·Escribe todo
lo que sientes en un carta, ya no lo necesitas, despídete de ello. Tus órganos
lo agradecerán.
Ya sabes
unas cuantas formas sobre como abordarlo, ahora te toca a ti dar el paso,
¿estás listo/a?
La culpa, esa alienadora que el alma devora llenándola de pesar, dolor y condolencias que en mucho dificultan la capacidad de avanzar, y que vincula en la distancia, pero que separa inequívocamente el par: victima y victimario, pues la falta de amor les impide sus almas vincular. Pero la culpa con respecto a otro, por esas paradojas que la vida suele aparejar, te empuja a ser su igual, y a compartir por tanto, y aunque pese, un destino similar para acortar la distancia enorme que tal falla o error llego a causar. Pero hecho tan controvertido también puede resultar liberador si la asunción de la culpa se hace con atino, responsabilidad y amor para ambos responsables de sentimiento tan limitador y atroz. Por generaciones su efecto en la línea de inculpado y exculpado puede perdurar siendo imparable y demoledor hasta que se detiene por su efecto creador al ponerlo al servicio de algo que a la culpa es muy superior resultando liberador alejando al culpable, y a toda su generación, de la vergüenza y la cerrazón del corazón. Mientras culpable y victima no asuman su rol y lo inseparables que ellos son tocara cargar la culpa a la generación posterior, hasta que arrepentimiento y amor para con la víctima reluzcan en el corazón del descendiente del culpable que erró y entonces, gracias a ese inmenso amor, se establece entre ellos comunión, y el culpable original y la víctima asienten, juntos los dos, al duelo y al dolor obedeciendo juntos a su destino particular, anulando así la separación entre los dos. Y el culpable es liberado cuando por la victima con gran amor es mirado. La culpa si se relaciona con Dios, tiene un aspecto muy poco conciliador pues coloca a Dios debido a su sentir entre los dos: culpado y culpabilizador. Por tanto sanar la culpa te encumbra, te liberta, regocija y te conecta con tu Creador.
La clemencia, fuerza sutil que desde la sombra libera a otros y a ti, pues trasciende limites, preferencias y juicios dando espacio, indulgentemente, a algo distinto. Pero si en debilidad la conviertes pues por medio, por cobardía, el ego metes avergonzándote de acto que tanto engrandece darás la victoria al mediocre que un día falló, y la flexibilidad que eleva se convertirá en inmutable piedra que de modificación carece por su intrínseca propiedad, y del cambio pertinente tu naturaleza adolecerá, mas si actúas con humildad y caridad tu clemencia en fuerte y generosa se convertirá y el cambio profundo a ti llegará dotándote de generosidad indulgente llena de humanidad.
El te amo es la más fácil de decir de las palabras pero cuando es auténtica muchas veces suena extraña, pero significado tan profundo tiene que se conmueven las entrañas y tiembla, por su veracidad y profundidad, hasta la misma alma. catapultándonos hasta, esa que algunos temen , la cima más alta que lo transforma todo sin esperar porque la vida en un instante llega a determinar, y que nos da, cuando en plenitud se vive, una apertura receptiva a los demás. Pero no confundas, por favor, impetuosidad con profundidad, pues el primero no es muy sabio y muy rápido puede acabar, en cambio del reconocimiento de que al otro puedes necesitar surge la modestia y la sintonía con tu verdad que te llevan a la apertura que te acabo de mencionar. Por tanto ama, ama sin frivolidad y la vida te compensará.
Agradecer a Dios, a la vida y a otro ser, es honrar la vida y el proceso de dar, es entrar en contacto con la humildad y eso siempre te lleva a reconocer que nada por siempre vas a poseer. Me siento compensado cuando agradezco pues siento así que más me lo merezco y pone por tanto en mi voluntad la capacidad de mejor permitirme disfrutar y también por lo mismo de poderlo entregar pudiendo compartir el gozo con los demás. Y el receptor del agradecimiento se siente honrado por su buen gesto, vigorizando así su auto-respeto, y generando en si la capacidad de la prodigalidad aumentando en su vida el círculo del recibir y el dar propiciando que lo agradezcan más y más. Y dador y receptor se unen de igual a igual fortaleciendo de este modo su alegría y felicidad.